Definir qué es la energía eléctrica puede parecer complicado, pero en realidad es algo sencillo de entender. Para empezar, y como es obvio, se trata de una forma de energía. Esta energía nace entre dos puntos con diferente potencial al conectarse mediante un material que sea conductor eléctrico.
Entre ellos se establece entonces una corriente eléctrica que puede canalizarse para servir a diferentes propósitos, entre ellos transformarse en otros tipos de energía útiles, como luz, energía mecánica o energía térmica. En resumen, la electricidad es un tipo de energía que se obtiene a partir del movimiento de electrones de carga positiva y negativa en el interior de los materiales que son conductores.
La electricidad no surge de la nada
Para que el circuito eléctrico funcione, son necesarios varios elementos, desde el material conductor por donde ha de pasar la corriente eléctrica, hasta el generador encargado de impulsar los electrones dentro del circuito, el interruptor, y el elemento objetivo de dicha corriente de energía, por ejemplo, una bombilla.
Lo que hay que tener claro, es que la electricidad no surge de la nada, siempre parte de otro tipo de energía, y tiene como fin llegar a ser otra energía diferente. De ahí que pensar en el concepto de cómo se crea la electricidad sea erróneo. La realidad es que la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma. Lo que sí tiene una respuesta es cómo se produce la electricidad, y a ello trataremos de responder a continuación.